martes, 27 de octubre de 2015

CAPITULO II EL CAOS SE VA ACOMODANDO Cuando descolgaba el teléfono, llamaron a la puerta. Rody empezó a menear el rabo, “persona conocida” pensé, si no se tensa y gruñe (aunque luego lo primero que haga sea dar un lametón al desconocido, pero le gusta ejercer de perro de vez en cuando). Era mi portero. - Buenos días- me dijo mientras acariciaba a Rody- he visto su nota. - Si, gracias, pase por favor. Entró y sin dudarlo se sentó en mi sillón favorito, lo que, fastidiado, me obligó a sentarme en una incómoda silla para poder mirarlo de frente. Si hubiese sido un interrogatorio de la Gestapo tendría las de ganar, sentado cómodamente en mi sillón. Le ofrecí beber algo y aceptó encantado, dándose cuenta de que la cosa iba para largo, no importaba estaba con un propietario, así que nadie le podía decir que abandonaba su puesto, y además estaba la mar de cómodo en mi casa. - Usted dirá- bebió tranquilamente el refresco que le serví, Añadiré que es muy responsable mi portero no bebe alcohol en horas de servicio. - Me gustaría…-callé un instante, no sabía como preguntar sin parecer un chismoso y sin dar demasiados datos. De repente me acordé de Carlos- Vera tengo un amigo que necesita ayuda, como lo diría… de profesionales de la videncia. Su cara seguía impasible, “todo un profesional” pensé. - Creo, me han comentado mientras paseaba a Rody, que por aquí cerca hay una, bastante buena. - Si, dos portales más abajo, Isabel se llama. Era obvio que no iba a darme más información de manera voluntaria, parecía que le divertía tenerme como interlocutor en desventaja. Me armé de paciencia porque las conversaciones de este tipo me cansan, y normalmente las acabo de mala manera. En esta ocasión tenía que acabarla, así que con mi mejor sonrisa añadí “que más me puede decir”. - Que tiene buena fama, no es cara y deja buenas propinas a su portera- creo que esto lo dijo con cierta intención. - Ya- pensé rápidamente en lo que tenía en la cartera, creo que unos 20€, esperé que le pareciese suficiente- ¿conoce a alguien que la haya consultado? - Si…yo mismo. Y me lo acertó todo, todo. Esperé, sin querer preguntar, que me contase que es lo que le había adivinado. Pero o bien no se enteraba de mi muda invitación o quería alargar el momento así que finalmente hice la pregunta. Se quedo mirándome fijamente, tosió, se colocó mejor en el sillón y yo casi que me arrepentí de haberle preguntado. - La historia es muy sencilla. Usted ya sabe que soy viudo desde hace 10 años. Pues bien hará una semana que necesité encontrar un traje, que reconozco la última vez que me lo puse fue en vida de mi mujer. Usted se preguntará que para que querría yo ese traje- francamente yo no me preguntaba nada- lo necesitaba para ir a un entierro, de un vecino de la zona. Pues nada que no lo encontré y tuve que ir con otro. La curiosidad ya me picó e intente encontrarlo, nada. Fue por eso que fui a la vidente. Me hizo unas cuantas preguntas sobre mi mujer, como ordenaba la casa, que cada cuanto hacía limpieza, su habitación favorita, que cuando yo pedía algo de que habitación lo sacaba…preguntas que para mi no tenían sentido- suspiré- bien, pues me dijo donde podría encontrarlo. ¿A que es alucinante? - Si, alucinante. ¿Me podría decir algo más de ella? - ¿Le parece poco? Pues que se le ve muy a menudo hablando por el móvil. - Gracias- me puse en pie- gracias por la información, si necesito algo más se lo diré. He de añadir que tenía 30€ en la cartera, creo que se fue contento. Bien, por fin pude marcar el 806. Lo primero que se escuchaba era una voz masculina que indicaba la empresa que se hacía responsable de la llamada, luego la tarificación por minuto, aunque te daban la oportunidad de pagar con VISA (más barato), y por último una voz que te preguntaba que deseabas. “Cantar con un karaoke” estuve a punto de contestar pero me limité a decir “una consulta”. Para mi sorpresa me pasaron con un hombre, de acento hispano, que enseguida me dijo “¿En qué te puedo ayudar corazón?”. Lo de corazón no me hizo gracia, pero no me dio tiempo a contestar nada porque enseguida añadió “No tengas miedo, amor, dime todo lo que te preocupa. Esto es confidencial no saldrá de entre tu y yo”. Eso por mi parte es seguro pensé. - Perdone pero quiero hablar con Isabel - No trabaja hoy por la mañana. Pero corazón, de verdad, que puedes contarme lo que quieras. Estuve tentado de colgar pero la curiosidad me pudo y le pregunté: - He conocido a una persona y he quedado con ella, pero no sé lo que ocurrirá o lo que realmente quiere de mí. - Eso lo vemos enseguida corazón. No me cruces ni piernas ni brazos y piensa en la persona- se le oía barajar- cuando la tengas visualizada di ya. Tarde un segundo y medio en decir basta, con lo que costaba por minuto como para visualizar mucho. - Ahora divido en tres montones, derecha, izquierda y centro. Elige el que quieras. - Centro. - Lo sabía, el centro significa el corazón, tú por lo poco que me mandas puedo decir que eres una gran persona. Pero estás pasando por un mal momento, ¿por qué estás bloqueado? Tú vales un montón y en el trabajo no te valoran lo suficiente.- me divertía todo aquello- pero un jefe te tiene aprecio y no permitirá que te despidan, corazón. Hacía cinco años de mi pre-jubilación y sé positivamente que todos mis jefes lo celebraron con champán, el que yo les lleve para festejar que ya no querían contar conmigo y que por fín me habían liberado. ¿Valorarme? Lo dudo, pero siempre en el fondo me quedó la esperanza, que me confirmaba este “corazón” cinco años después. - Bien, amor, centrémonos en tu problema. ¡puf! A esta persona tú le gustas, y esta tarde te lo va a declarar. La has conocido tomando café con tus amigos ¿verdad?, tu eres una persona con muchas amistades… Colgué, oír estupideces a mi edad y además pagándolas a doblón me pareció una tontería de marca mayor. Llamaría por la tarde antes de ir a verla y preguntaría por ella. Miré el reloj sólo eran las 11 de la mañana y había tenido más actividades juntas que las realizadas en el último mes. Me acordé de una frase que siempre decía una compañera de trabajo cuando intentabas abarcar muchas cosas “Por favor, las actividades no amontonarlas”. Exactamente es lo que me había pasado a mí, las había amontonado, y aunque no había sido por mi voluntad, estaba cansado. Lo que habitualmente solía hacer después del paseo, era: ducha, compra del periódico y la comida, lectura del correo escrito y electrónico…de pronto me di cuenta correo electrónico, Internet…podía intentar informarme en ese maravilloso mundo al que llamamos internet. Me senté en mi despacho, acompañado de Rody que parecía divertido porque se había roto la rutina, e inicié la búsqueda. Lo primero que busqué fueron páginas de videncia y tarot. En ellas tan solo te daban información del coste de la llamada, de los teléfonos, de lo bueno que era pagar con tarjeta de crédito y de las maravillas en las que te podían ayudar. Todos eran expertos tarotistas y videntes naturales (todo el equipo), llamases a la hora que llamases tendrías un vidente natural a tu servicio. Para iniciarme en estas artes pensé que lo mejor era mirar mi horóscopo. Bien, nací el 25 de enero, por lo tanto era…acuario. Pero si quería comprobar mi suerte en el horóscopo chino, entonces era rata. Entré muy seriamente en la página de xxxx en la sección horóscopos. Leí lo que ponía sobre mi día: “Todo te saldrá bien. Tienes un gran don de gentes y todo el mundo querrá hoy estar contigo. Carisma y suerte”. La verdad es que había tenido más visitas que nunca, ¿a que iba a ser verdad? Por curiosidad miré lo que había dicho mi horóscopo el mismo día hace un año. ¡Curioso! Había dicho exactamente lo mismo, ¿hace dos? Sorpresa…se repetían las palabras. Dejé de creer en lo que nunca había creido, pero seguí curioseando y encontré el horóscopos para perros. El de Rody decía: “tendrá un carácter antipático con los desconocidos, pero muy cariñoso para con su amo. No se entenderá con los niños pero será un buen perro para los ancianos” si ya antes me había desinflado, ya me desinfle del todo porque si estudiábamos esta sentencia por partes el resultado era que Rody no se parecía en nada porque: 1.- Sólo le falta llevar la bolsa al ladrón cuando entra, por una caricia lo que haga falta 2.- Conmigo es cariñoso pero cómo todos los perros. 3.- Los niños y él se adoran de base 4.- No puede con los ancianos ya que le gusta correr e ir a su paso lo aburre. Otra cosa es que quiera caricias y estén sentados en bancos. Bien, el estudio no me había llevado a ningún sitio, excepto a no creer en la videncia, cosa en la que no creía por lo que tampoco perdía nada. La verdad lo que Isabel quería de mi lo desconocía pero lo que yo quería de Isabel lo tenía muy claro: nada.

2 comentarios:

  1. Una lectura.. Amena... Sencilla entretenida..me hace seguir leyendo,además de intrigarme..


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  2. Una lectura.. Amena... Sencilla entretenida..me hace seguir leyendo,además de intrigarme..


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